Para llevar a cabo la esencia y finalidad del Movimiento cada pareja y grupo de matrimonios ha de aspirar y trabajar por los siguientes objetivos:
- Llegar al limite de las promesas bautismales, iluminados y fortalecidos con la fuerza del Espíritu Santo.
- Que Cristo sea el Señor de la pareja y de la familia.
- Que el amor, santificado por el sacramento del matrimonio, sea el verdadero signo de la “Iglesia doméstica” y el Evangelio sea la norma de vida de la familia.
- Que cada pareja se comprometa a ser testigo y apóstol de Jesucristo en la Iglesia, siguiendo la llamada del obispo diocesano y su presbiterio en el Apostolado Seglar.
- Que todas las actividades de la pareja sean una colaboración a la obra de Dios, empezando por ser competentes en la profesión y terminando en el servicio total a la persona a través de la familia.
- Que cada pareja o grupo de matrimonios, sintiéndose primero evangelizado por Jesús, se entregue a evangelizar a su familia y al ambiente familiar con una presencia activa y transformadora.
- Que la espiritualidad matrimonial sea el motor de todo el apostolado familiar.
- Que todos los matrimonios vivamos y proclamemos el Reino de Dios, concretado en el proyecto de familia cristiana.
Medios para conseguir el ideario:
- Plan de vida de cada pareja.
- Reunión de grupo con la periodicidad que decida el grupo.
- Retiro-reflexión trimestral.
- Encuentros de Matrimonios y Clausuras de dichos encuentros.
- Inserción en la Pastoral Diocesana: formación y acción apostólica por pareja y en grupo.
- Celebración anual de la fiesta de la Sagrada Familia a nivel diocesano.
- Evaluación anual de la marcha y actividades del Movimiento.
- Aquellos otros que la Permanente Diocesana pueda considerar.